Los orcos no son un pueblo cruel y despiadado, como cuentan las leyendas escritas por sus adversarios. Unicamente su practicidad puede resultar extraña a los ojos de otras culturas.
Grimok es un orco barbaro de las colinas. Para mostrar su valia ante su raza todo orco ha de superar una prueba. A la edad de 10 años, armados unicamente con una daga y una lanza, deben realizar una incursion en un campamento enemigo, y matar a un orco de otra tribu. Una vez logrado deberán extraer su corazon y traerlo de regreso al poblado. Para ello irán en pareja, con otro orco de edad similar. De fracasar, deberan exiliarse para siempre bajo pena de muerte.
Grimok era un orco orgulloso y decidido, y lejos de planear un ataque a un grupo de pastores orcos rivales, o a alguna pequeña partida de caza formada por mujeres orcas, decidio atacar la ciudad de la tribu blackrock. Enemigos irreconciliables de su pueblo.
Grimok eligió como compañero a su amigo, el orco Tralek, que habia destacado siempre en la lucha con la daga y la lanza.
A media noche dejaron atras la aldea, descendieron la colina siguiendo el rio en direccion a la ciudad Blackrock, bastión del pueblo rival de su tribu.
Al aproximarse, ocultos bajo la frondosa maleza que rodeaba la ciudad fortificada, comenzaron a escrutar la empalizada enemiga y los puestos de guardia buscando un punto flaco por donde escabullirse sin ser detectados.
Debido a su inexperiencia, inmediatamente fueron descubiertos, provocando la alarma en la ciudad, y una lluvia de flechas desde la empalizada. Huyeron corriendo de vuelta siguiendo el rio, rezando por escapar de las patrullas que trataban de darles caza. Aproximadamente una hora despues se detuvieron. Tralek estaba herido en una pierna.
- No podremos llegar hasta el pueblo, no puedo seguir corriendo. Ademas sin el corazon estamos perdidos. Escondamonos, descansemos, me curaré y trataremos de atacar alguna aldea menor o algun grupo disperso.
Es la mejor opción. - Sugirio Tralek.
- Tengo una idea mejor. - Contestó Grimok.
Esa misma noche Grimok llego con un corazon orco en la mano. Corrio el vino y se asó carne en honor del nuevo guerrero. Nadie preguntó por Tralek. Y Grimok entendió entonces porque siempre regresaba solo uno de los dos orcos enviados a territorio enemigo. Y porqué nadie preguntaba que le habia sucedido al otro. Y comprendió que la vieja tradición orca aseguraba que solo permaneciese en la tribu el mas fuerte de cada par de guerreros nacidos. Y olvido los remordimientos por haber matado a su amigo, para asegurar su supervivencia.
Los orcos no son un pueblo cruel y despiadado, como cuentan las leyendas escritas por sus adversarios. Unicamente su practicidad puede resultar extraña a los ojos de otras culturas.
